El dirigente de Cooperar Raúl López participó durante dos días en el Encuentro Nacional de Cooperativas y Mutuales Escolares, realizado en la provincia de Córdoba, y ratificó el apoyo de la Confederación a las iniciativas que involucran a las nuevas generaciones en las prácticas económicas solidarias.
Más de 600 estudiantes de once provincias confluyeron el 1 y 2 de octubre en la Colonia de Vacaciones Santa Maria de Punilla para darle vida al XVIII Encuentro Nacional organizado por la Célula Argentina y Latinoamericana de Cooperativismo y Mutualismo Escolar (Calcme) en conjunto con los ministerios de Educación y de Desarrollo Social de Córdoba.
La actividad contó con el apoyo de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), además de otras entidades sectoriales como la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM), FACE, Fecescor, Femucor y la UICE.
Los talleres de capacitación se alternaron con distintos momentos de intercambio chicas, además de reconocimientos especiales a aquellas cooperativas escolares con más de una década de trayectoria.
El carácter federal de este Encuentro estuvo marcado por la diversa procedencia de los estudiantes, incluso los que viajaron desde Ushuaia, y por el compromiso de desarrollar la próxima edición en la provincia de Río Negro. Bahía Blanca (Buenos Aires) y General Alvear (Mendoza) fueron las sedes anteriores.
López valoró el entusiasmo con que encararon las actividades y la calidad de las experiencias compartidas, a la vez que instó a “hacer una apuesta muy fuerte desde toda la economía solidaria hacia el cooperativismo y el mutualismo escolar”.
En esa línea, consideró que en este tipo de espacios gestados en los propios establecimientos educativos, con el protagonismo de estudiantes y docentes, se forman “no solamente buenos cooperativistas sino también buenos ciudadanos”.
Desde la Calcme, la docente Leonor Ocampo recordó que hace 18 años ininterrumpidos que existe esa organización y que cada año aumenta el apoyo del movimiento cooperativo y mutual, no solo por parte de sus organizaciones de segundo y tercer grado sino también en las cooperativas de cada una de las localidades donde se desarrollan experiencias.
“Esto permite a los pequeños cooperadores vivenciar las bondades de los fundamentos filosóficos del movimiento cooperativo mediante una práctica constructiva de sus valores”, afirmó.